Los núcleos urbanos es están convirtiendo en lugares impersonales. Los apartamentos y edificios crecen hacia arriba preocupados en albergar al mayor número de gente entre sus muros. No importa el tipo de persona al que aloja, sus deseos y gustos, ya que tendrán el mismo tipo de vivienda homogénea.

Es indudable el carácter funerario de estas viviendas dormitorio donde solo importa la construcción masiva, ya que la vida no transcurre entre sus paredes. Podemos establecer un paralelismo entre estas viviendas  y los bloques de nichos de los cementerios.

Solo las personas adineradas y con recursos se pueden permitir el lujo de tener una vivienda a su gusto el resto se tendrá que conformar con vivir en viviendas cónicas y mortuorias.

Estas reflexiones se realizaron en una época de boom urbanistico que cambio toda la costa levantina con torres inhabitadas.